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24
Mar
Ana María Jaramillo Agudelo quien está realizando su voluntariado este año en Condoto, Chocó, nos cuenta como va su experiencia:
- ¿Cuáles piensas que son los mayores retos de esta experiencia de voluntariado?
Dar mi respuesta a Jesús en las tareas diarias en comunidad y con los niños, venciendo mis propios miedos y dificultades para dejarme moldear por Él, discernir la vocación a la cual me llama y darme la oportunidad de desaprender en temas de Dios y en lo cotidiano. - ¿Cuáles han sido los principales aportes del voluntariado para tu vida?
Conocer otra cultura, comprendiendo un poco la manera de expresarse, las manifestaciones cariñosas, el desempeño en las tareas de aprendizaje de cada uno de los niños y jóvenes con los que interactuó, el conocimiento de la vida diaria de una FMA en misión y el crecimiento personal. - ¿Cómo te has sentido?
En el voluntariado me he sentido bajo el amparo de la Santísima Virgen María. Quizás sea algo que para muchos es obvio, pero para mí, en este momento de mi vida lo he sentido con más fuerza, porque la compañía de cada una de las hermanas en cada proceso que he estado enfrentando desde el día que llegué llena el corazón, la maternidad que he podido experimentar en cada gesto, en los acompañamientos que tengo o al sentarnos a tomarnos un jugo con unas galletas y hablar de lo que me pasa; me recuerda a María. - ¿Qué te animó a vivir esta experiencia?
El motor principal que me animó a vivir esta experiencia es dar respuesta al llamado de Dios, luego de ello el reconocerme necesitada cada día más de Jesús. - ¿Qué expectativas tienes?
Personalmente las expectativas que tengo frente a este proceso de voluntariado es reafirmar mi fe, conocer la diferencia entre escoger un estilo de vida y dar respuesta a un llamado que Jesús ha puesto en mi corazón, crecer en el conocimiento de los santos fundadores, obtener herramientas para mi proceso psicológico desde la fé y finalmente atesorar momentos para mi camino de conversión.