FIESTA DE LA GRATITUD – CASA TALLER

01
Oct

“La Gratitud se da Cuando la memoria se almacena en el corazón y no en la mente” – Lionel Hampton

“Aquí la Gratitud no es una palabra más, es una vivencia que ilumina el cotidiano”. Sor Marta Cecilia Mejía Duque

 

Como toda experiencia hermosa, la fiesta de la Gratitud celebrada en la Casa Taller el día 18 de septiembre, vale la pena ser compartida, más, como gesto de unidad y fraternidad, que como un momento de fiesta que llega y pasa.

Durante un mes de preparación, los días se revistieron de alegría, cariño y oración. En grupos, como las mejores y más aplicadas alumnas, las Hermanas reflexionaron sobre el Magníficat, desde tres aspectos: Fundamentación Bíblica, El Magníficat desde nuestro carisma, El Magníficat de nuestra propia vida. Esta hermosísima reflexión nos hizo experimentar el gozo de sentir a María paseándose por nuestra casa, sonriente y materna consolando, fortaleciendo, con participación activa en nuestra vida. Además, el carismático mandato de la Virgen a Madre Mazzarello “Cuida de ellas, son mis hijas”, tomó fuerza como misión propia de una Madre que lo hace y lo recomienda, pues ésta es su actitud cuando se pasea entre nosotras: cuidarnos porque somos sus hijas.

“No puedo dejar de expresar mis sentimientos frente a este acontecimiento de familia. Ver a esta comunidad tan viva, donde los años, las incapacidades, son simplemente un proceso normal que no puede afectar el sentido de la vida, el gozo de vivir y la participación, es sencillamente maravilloso, suscita en mí, un sentimiento de gratitud hacia Dios, hacia María, nuestra Madre y hacia cada una de mis amadísimas hermanas, a quienes debo tantos cambios de fondo en mi vida. Ellas me enseñaron a pensar desde Dios, a vivir desde su corazón, a mirarlas desde sus ojos, a abrazarlas desde la ternura de su amor. Esta fiesta me conmovió hondamente por el cariño, la sinceridad y la unidad familiar que vivimos siempre. Aquí la Gratitud no es una palabra más, es una vivencia que ilumina el cotidiano. Gracias Hermanas por esta inigualable experiencia”.

Por: Sor Marta Cecilia Mejía Duque

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