La fiesta de María Auxiliadora fue una oportunidad para amarla más a Ella.
La Casa Taller fue el epicentro de una alegre celebración en honor a María Auxiliadora, donde se vivió una verdadera fiesta de fe. Desde el inicio de la novena, la comunidad se unió con fervor y dedicación para rendir homenaje a la Virgen María vinculando a trabajadores, estudiantes, exalumnas y familias.
La novena, que comenzó con gran entusiasmo, fue organizada de manera conjunta por las comunidades Casa Provincial y Casa Taller. Cada día, las hermanas asumieron la responsabilidad de llevar adelante las celebraciones, invitando a todos a compartir un momento de oración y reflexión. En cada encuentro se destacó la participación activa de los trabajadores, estudiantes y exalumnas, quienes se comprometieron a vivir este acontecimiento con gran devoción y espíritu de fraternidad.
El agradecimiento se extiende de manera especial a la familia Otálvaro, quienes, con su generosidad y dedicación, se encargaron de ser los alférez durante los días de novena y de fiesta. Su apoyo incondicional permitió que la celebración fuera un éxito, logrando una gran armonía y participación en cada ceremonia.
El día culminante de la fiesta estuvo marcado por una ceremonia vibrante, donde la orquesta que amenizó el evento contagió a todos con su música, mientras que el altar resplandeció con sus vibrantes luces y antorchas que reflejaban la devoción hacia María Auxiliadora. Además, los cargueros, encargados de llevar la imagen de la Virgen a la capilla, sumaron un toque de solemnidad.
La jornada no solo fue un encuentro de oración, sino también una oportunidad para reforzar los lazos de amistad y solidaridad entre los miembros de la comunidad. Jóvenes, adultos y familias compartieron momentos especiales que quedarán grabados en el corazón de todos los presentes.
Este evento resalta el espíritu juvenil, dinámico y lleno de vida de la Casa Taller, un espacio donde la fe y la fraternidad siempre se encuentran al centro de cada celebración. Gracias a la colaboración de todos los involucrados, la fiesta de María Auxiliadora fue, sin duda, una oportunidad para amarla más a Ella.
– Sor Leidy Blandón
