La Jornada Mundial de la Juventud un lindo sueño

18
Jul

En el mes de agosto se vivirá la XXXVIII edición de la Jornada Mundial de la Juventud 2023 en Lisboa.

Todas las personas tenemos sueños que nos impulsan a ser mejores, metas que nos permiten “hacer todo por amor y nada a la fuerza”, como nos decía el Rector Mayor, el padre Ángel Fernández Artime en el aguinaldo del pasado 2022, y es que, esos sueños y aspiraciones son los que nos ayudan día a día al moldearnos para llevar a plantearnos unos objetivos a largo o corto plazo, que cuando se ejecuten nos hacen ver la vida de otro color. Uno de esos grandes sueños es vivir la Jornada Mundial de la Juventud. Algo que he soñados por varios años.

Es así como este año, después de un gran camino recorrido hago realidad este sueño que creía imposible. Para todo joven salesiano la JMJ se presenta como una oportunidad muy importante en el enriquecimiento de su ser, de sus costumbres religiosas y su diario vivir, al menos así fue para mí, pues durante todo mi trayecto por la Escuela Normal de Copacabana he estado en los grupos de pastoral y desde que tengo la razón de esto, siento que ha sido una de las experiencias más lindas y enriquecedoras de mi vida.

Llegó el gran día de hacerse mi sueño realidad. El próximo viernes 21 de julio parto junto con otros compañeros de la Normal: Sara Isabela Molina, Julián Franco, Oscar Franco, Ana Belén mazo, Mariana Muñoz, Juan David Cadavid, Valery Acevedo, Gabriela Sandoval y Jerónimo Agudelo para la Jornada Mundial de la Juventud, pero antes con gran gozo y alegría visitaremos los lugares salesianos en Roma.

Desde el año pasado venimos preparándonos mental y espiritualmente, acompañadas por sor Dora Patricia López, para estar con la mejor disposición durante todos los días que se prolongará este sueño. Algo que resalto es que no solo se nos brindó formación y acompañamiento a nosotros, sino también a nuestros padres. La felicidad, el gozo y el entusiasmo invaden mi mente y cuerpo cada vez que este viaje se acerca más y más, porque sé que lo disfrutaré mucho, al máximo, que será una experiencia para compartir con más jóvenes que sienten y vibran por el sentido eclesial y el carisma salesiano.

Finalmente, agradezco a Dios, a nuestra madre Auxiliadora, a mis padres, a las Hermanas y a la Escuela Normal por permitirme cumplir este hermoso sueño. Así pues, espero que no sea mi único encuentro para participar de la JMJ, sino que mis ganas se multipliquen y en unos cuantos años participe de otras. Que esta experiencia avive mi ser salesiana.

Por Ana Belén Mazo Lopera, Normal Superior María Auxiliadora – Copacabana

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