“Dejar actuar la gracia de Dios en mi, para que como barro en sus manos, me de la forma que sueña y me convierta en instrumento de su amor inagotable”
Tuvimos la oportunidad de vivir el día martes 26 de marzo, el retiro de voluntarias, acompañado por Sor Yolima posada y Sor Olga Lucia Vélez; momento que sin duda alguna movió nuestros corazones y nos invitó a reflexionar de qué manera hemos vivido durante este tiempo de voluntariado, hacer una evaluación de aquellos aspectos y situaciones que se nos presentan y cómo queremos vivir el tiempo que aún nos falta para su culminación.
Dios da forma a nuestras vidas con amor, por esta razón, retomamos el concepto de vocación, conociendo que es un llamado el cual Dios hace y espera que respondamos con total libertad, para así, dar inicio a la formación que nos invita a disponernos a dejar actuar la gracia del señor en nuestros corazones. Como jóvenes que estamos en un proceso de discernimiento vocacional, debemos de tener total apertura para escuchar la voz de Dios, y prestar singular atención a las mediaciones que se presentan en nuestro camino, fortaleciendo también el espíritu de oración y meditación en la palabra.
Para dar una respuesta libre a el llamado que se nos hace, debemos conocernos y hacer un viaje hacia nuestro interior, identificando y resolviendo los siguientes interrogantes: ¿cómo actuamos? ¿Qué nos empuja a actuar de esa forma? Y ¿cuáles son nuestras motivaciones?, estas preguntas solo se responden reconociendo en nosotras mismas las necesidades, actitudes y valores que como personas tenemos, y cómo estas nos ayudan o causan dificultades para dar una respuesta ante el Don del llamado vocacional.
En el retiro se nos proporcionaron las claves para identificar las necesidades disonantes y neutrales que poseemos, y que hacer con ellas; Aceptarlas, entenderlas y ordenarlas a la luz de los valores cristianos, para así lograr que nuestras acciones sean motivadas por los valores y no por las necesidades propias; “un valor no nos dice que hacer concretamente, sino como ser” “El valor tiene carácter de elección y debe ser vivido, si la persona quiere vivirlo”
De esta manera podemos entregarnos gratuitamente a la misión y servicio, y lograr estar más cerca de la meta, la cual es la Configuración con Cristo, aquí es donde estamos llamadas a llegar, guiadas e iluminadas por el ejemplo de Jesús y entender con plenitud que “y no vivo yo, sino es Cristo quien vive en mi” (Gal 2,20)
Gracias a lo aprendido y vivido durante el retiro, y el tiempo transcurrido de este voluntariado, puedo decir con certeza que mi actuar cotidiano, debe dar testimonio de la vivencia de los valores cristianos, y que mi “yo real” se vaya acercando cada vez más a mi “yo ideal” dando una respuesta gratuita y generosa ante el llamado del señor, con total disponibilidad a dejar actuar la gracia de Dios en mi, para que como barro en sus manos, me de la forma que sueña y me convierta en instrumento de su amor inagotable.
Marie Ann Verdeza Navarro- Voluntaria Vocacional.