El ambiente se llena de cantos y sonrisas que elevan nuestros espíritus hacia la Madre Celestial.
El alba del 24 de mayo despierta con fulgor, especialmente en el corazón de la generación 66. Una generación bendecida por la gracia de vivir este día en compañía de María Auxiliadora, en el marco incomparable de la obra salesiana inspirada por Don Bosco y Madre Mazzarello.
Es un día impregnado de emociones, donde la alegría, la gratitud y la devoción se entrelazan en un abrazo armonioso. El ambiente se llena de cantos y sonrisas que elevan nuestros espíritus hacia la Madre Celestial, mientras nuestros corazones se rebosan de agradecimiento por su guía y protección constante.
En este día tan significativo, no solo celebramos la devoción a María Auxiliadora, sino también los valores salesianos que han marcado nuestra formación integral. Recordamos las enseñanzas de Don Bosco y Madre Mazzarello, quienes nos inculcaron el amor al prójimo, la solidaridad, y el servicio.
En este día especial, el colegio se convierte en un oasis de paz y espiritualidad. La presencia de María Auxiliadora se siente palpable en cada rincón, llenando nuestros corazones de consuelo y fortaleza. Es un día para reflexionar sobre nuestro camino recorrido y ahora ya los sueños cumplidos con la meta puesta en llegar al siguiente escalón en nuestras vidas.
Celebramos este 24 de mayo con regocijo reconociendo a María como maestra de todos los tiempos, la misma mujer que se le apareció a Don Bosco en aquel sueño inolvidable, hoy nos enseña a no desesperar recordándonos que nos acompaña para descubrir la magia de todos los tiempos, sin miedo a las dificultades, sin pretender que se acabe el dolor, disfrutando los gratos momentos, agradeciendo los días de sol, aceptando que llega la lluvia, porque toda tormenta se acaba, nos enseña que la vida se trata más de AMOR que de valentía, no está hecha de perfección sino de decisiones sabias y prudentes que deben tomarse todos los días, y nos invitan a incluir a Dios en nuestros planes, para que como Don Bosco un día podamos comprenderlo todo.
Sofía Baena, estudiante de 11 Grado Colegio San Juan Bosco.