MAESTROS CON CORAZÓN DE ORUGA

04
Dic

“Los maestros con corazón de oruga están creciendo en su capullo, aumentan en tamaño, en fuerza y en sabiduría, cuando están listos para emprender el vuelo levantan sus alas en busca de desafíos para apoyar a otros a emprender sus propios retos”.

Basado en el cuento “Maestro corazón de pájaro”

Nos reunimos para celebrar un momento trascendental en nuestras vidas, el momento en el que finalmente nos despedimos de las aulas y nos preparamos para iniciar un emocionante capítulo. Es un honor estar frente a ustedes, llenas de gratitud por permitirnos compartir nuestro discurso de graduación.

Queremos comenzar haciendo referencia a una hermosa metáfora que representa perfectamente nuestra experiencia como maestros en formación, la metamorfosis. Al igual que las crisálidas que se transforman en mariposas gloriosas y coloridas, cada uno de nosotros ha pasado por un proceso de cambio y de crecimiento durante estos años en el ciclo complementario en la escuela Normal María Auxiliadora de Copacabana. Pues hoy estamos aquí, listos para volar y para desplegar nuestras alas a un mundo lleno de posibilidades.

Recordarán nuestros primeros días en la escuela, frente al pizarrón y frente a los niños, cuando éramos como pequeñas orugas inocentes, llenas de curiosidad y de ansias por enseñar. La oruga, en su forma inicial, no puede anticipar el espectáculo de la belleza ni de la libertad que le espera. De manera similar, al ingresar al aula, no podíamos imaginar todas las experiencias transformadoras ni todos los descubrimientos maravillosos que nos aguardaban.

Nuestra institución educativa se convirtió en capullo seguro y protector. Dentro de sus paredes, fuimos desafiados, inspirados y apoyados por nuestros profesores y por nuestros compañeros. A través de los desafíos académicos, de las amistades duraderas y de los momentos difíciles, cada uno pasó por un proceso de transformación académica y personal. Superamos nuestras limitaciones, adquirimos conocimientos y habilidades, descubrimos pasiones y talentos ocultos. Nos convertimos en mariposas en ciernes, dispuestas para enfrentar el mundo.

Pero la metamorfosis no fue un proceso fácil. Así como la oruga debe luchar contra su crisálida para liberarse y para transformarse en mariposa, también nosotros tuvimos que superar obstáculos y enfrentar adversidades para llegar a este día. Confrontamos las dinámicas de la escuela, las altas expectativas que nos apabullaban, los momentos de duda y la confusión. Pero cada uno de esos desafíos fue fundamental para nuestro crecimiento, para nuestra transformación.

Más hoy, cuando nos preparamos para dejar nuestro capullo, queremos enfatizar en que la metamorfosis no termina aquí. La vida está en constante evolución y, al igual que las mariposas, continuaremos creciendo y cambiando. A medida que avancemos hacia nuevos horizontes, enfrentando nuevos desafíos, aunque sintamos que flaqueamos, recordemos que ya hemos demostrado nuestra capacidad para transformarnos, para adaptarnos.

Queridos maestros graduandos, no importa cuál sea el próximo capítulo en nuestras vidas, sea que elijamos continuar con los estudios, ingresar al mundo laboral o emprender un viaje de auto-descubrimiento, los alentamos a mantener la misma valentía, la misma determinación que nos trajo hasta donde estamos hoy. No tengamos miedo de perseguir los sueños ni de enfrentar los desafíos que nos esperan. Narremos una hermosa y vibrante historia en las páginas del mundo.

Comprendamos que cada mariposa tiene su propia historia por contar, su propio vuelo por emprender. No nos comparemos con los demás, sino que, por el contrario, abracemos nuestra individualidad, confiemos en nuestras capacidades. Una mariposa no se limita por el tamaño de sus alas, en realidad lo hace por falta de determinación en su vuelo.

En este día de graduación, celebremos nuestra metamorfosis y miremos hacia el futuro con esperanza, con confianza. Agradezcámonos colegas, pero también demos gracias a la comunidad salesiana que nos ha acogido, apoyado y acompañado en este caminar, a la Auxiliadora que nos tomó bajo su manto, a nuestros apasionados maestros, a nuestras dedicadas familias, a nuestros fieles amigos.

Despidámonos de este capullo seguro, nuestra querida Normal, con alegría en los corazones y con la promesa de continuar fortaleciendo la mariposa que habita en nuestro ser. Volemos alto, dejemos una estela de triunfos y de contribuciones significativas a nuestro paso. Abracemos nuestra metamorfosis y disfrutemos de remontarnos hacia nuevos horizontes.

Felicidades, maestras y maestro.

María José Medina y María Camila Orrego
Normal Superior María Auxiliadora- Copacabana

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