
Corre, vibra, ama.
Del 25 al 28 de septiembre de 2025 se vivió en el V Encuentro Nacional del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS), que reunió a más de 600 participantes en Chinauta – Cundinamarca. Jóvenes, laicos comprometidos, Hijas de María Auxiliadora y Salesianos de Don Bosco se unieron para celebrar su amor por Cristo y por la misión de construir un mundo mejor basado en la civilización del amor.
Bajo el lema “Corre, vibra, ama: somos la civilización del amor”, los asistentes vivieron una experiencia única, profundamente salesiana, festiva y espiritual. Durante estos días, cada momento vibró con los cantos, risas y momentos de reflexión, mientras los jóvenes se comprometían más que nunca a ser instrumentos de paz y esperanza en la sociedad.
¡Correr para anunciar el Reino de Dios!
Desde el primer día, los participantes se sintieron impulsados a “correr” con entusiasmo y fervor, no solo físicamente en las actividades recreativas, sino también en su misión de anunciar el Reino de Dios. Cada paso que daban, cada juego, cada oración, los acercaba más a su vocación de ser testigos del amor de Cristo en sus comunidades.
Vibrar con Cristo
La espiritualidad salesiana fue el motor de cada actividad, donde los jóvenes no solo “vibraron” con las palabras de los acompañantes y animadores, sino también con la presencia viva de Cristo. En momentos de oración, reflexión y celebración, todos sintieron esa conexión profunda con Jesús y con el llamado a vivir su mensaje de amor.
Amar como Él
El encuentro dejó una poderosa lección: el amor, como el que Cristo nos muestra, es el motor que debe mover nuestras vidas. Durante las actividades, talleres y diversas experiencias, los jóvenes compartieron momentos de fraternidad, fortaleza y compromiso, aprendiendo a amar como Él ama: sin medida, sin reservas, sin límites.
Representación nacional
Las inspectorías salesianas de Colombia estuvieron presentes de manera significativa, mostrando la fuerza y diversidad del MJS a lo largo y ancho del país. Cada región, con sus particularidades, contribuyó con su alegría y su fervor, enriqueciendo aún más el encuentro y dejando claro que, como jóvenes salesianos, todos somos una sola familia, con un solo corazón y una misma misión.
-Sor Leidy Blandón


