Tomar la iniciativa para buscar lo mejor de cada horizonte.
Desde los albores de la humanidad, en el periodo en que comenzaron a forjarse las sociedades y las primeras civilizaciones, el ser humano, como individuo y, al mismo tiempo, como parte de un colectivo, emprendió el arduo camino de abrirse un lugar en el mundo. La vida en comunidad, sostenida por vínculos de confianza y cooperación, se convirtió en una necesidad vital. Sin embargo, dicho camino ha estado marcado por dificultades y tropiezos, en especial por la constante presencia de la guerra y de las luchas fratricidas, que, si bien en ocasiones consolidaron imperios, también dejaron tras de sí incontables pérdidas humanas.
El desarrollo de las civilizaciones ha estado acompañado de la aparición de ideologías y formas de pensamiento tan diversas que, en muchos casos, resultaron incomprensibles o incluso nefastas para otros pueblos. Esta diversidad, lejos de propiciar el diálogo, condujo con frecuencia a la confrontación bélica. Como nación, no somos ajenos a estas circunstancias: arrastramos desde hace siglos la carga de los conflictos internos, los cuales constituyen un obstáculo persistente para el desarrollo integral del país, no solo en lo económico, sino también en lo político, en lo social y en la búsqueda de condiciones de equidad que permitan el disfrute común de los recursos que la naturaleza ha otorgado a esta región.
En este contexto, el X Foro por la Paz representa un esfuerzo por reflexionar en torno a las violencias que nos aquejan y que requieren soluciones de fondo. Se trata de un camino alternativo que ofrece a los jóvenes del municipio y de la región la posibilidad de repensarse de manera distinta, en un espacio inclusivo, abierto a todas las personas sin distinción alguna.
Transitar esta ruta de la conciencia implica generar escenarios de encuentro que permitan forjar un nuevo horizonte común, donde reconozcamos nuestra condición de hermanos. Supone, además, un movimiento de apertura: la disposición de abandonar la senda del yo para acercarnos al otro, de construir un camino compartido hacia un mismo ideal.
En su Hermenéutica Filosófica, Hans-Georg Gadamer plantea la necesidad de mantener abierto el diálogo como principio supremo, evitando su interrupción para dar paso a la comprensión mutua (Aguilar, 2004). El diálogo no exige un acuerdo inmediato, pero sí el movimiento supremo de aproximarse al otro, de tomar la iniciativa para buscar lo mejor de cada horizonte. Por diferentes que sean las perspectivas, en algún punto estas pueden converger en la construcción de entendimiento, concordia y respeto mutuo, siempre bajo la guía de la tolerancia.
Como humanidad hemos recorrido un largo camino sin lograr aún una comprensión plena, pero persiste el esfuerzo por rescatar lo mejor de cada sociedad y época: la libertad, el amor y la fe. Son muchos los elementos que nos unen, muchas las experiencias compartidas. Ha llegado el tiempo de sanar las heridas infligidas a lo largo de nuestra historia y de forjar nuevas relaciones cimentadas en los valores que nos han sostenido hasta hoy. La invitación es a mejorar, a salir de la comodidad individual y dar ese paso que el otro espera: abrir diálogos sinceros, actuar como verdaderos seres humanos y asumir la responsabilidad de construir una nueva sociedad.
La paz, entendida como un movimiento dinámico, nos impulsa a acercarnos al otro con la intención de crecer juntos. No es una quietud estéril, sino una plenitud armónica y social.
El X Foro por la Paz, organizado por el Colegio María Auxiliadora, nos convoca a emprender este movimiento transformador: salir en búsqueda del otro, entrar en su mundo y permitir que él entre en el nuestro. La Paz en Movimiento abre nuevas fronteras y crea espacios de encuentro donde sea posible compartir sin más interés que mantener abierto el diálogo, cultivar la reflexión y sembrar en terreno fértil la semilla de una nueva civilización. Una civilización que aspire, desde la conciencia y la acción, a ser mejores.
-John Fabio Achury
Colegio María Auxiliadora – La Ceja


