
Un Encuentro de Aspirantes y Formadoras.
El 31 de enero de 2025, día en que celebramos la fiesta de nuestro fundador, San Juan Bosco, las comunidades de los Aspirantados Santa Teresa CMM y María Auxiliadora CMA nos unimos para conmemorar este gran acontecimiento para la Familia Salesiana. El encuentro tuvo lugar en el aspirantado María Auxiliadora de Belén Rincón. Desde el primer momento, sentimos la acogida y alegría de la comunidad, pues fue, además, un espacio en el que pudimos conocernos e integrarnos más como aspirantes y formadoras de ambas Inspectorías.
Iniciamos el itinerario del día con un pequeño recorrido por la casa, presentándonos mutuamente. Luego, nos dispusimos a escuchar una intervención dirigida por sor María Victoria Montoya, directora del aspirantado CMA, quien guió una lectura y reflexión sobre las últimas palabras pronunciadas por Don Bosco antes de partir a la casa del Padre. A continuación, presentó una segunda intervención en la que conocimos las enfermedades que sufrió Don Bosco y que casi no compartió con nadie. En la etapa final de su vida, Don Bosco reflejó todas sus virtudes, las cuales fueron la base de su Sistema Preventivo y el legado que dejaría a todos sus hijos esparcidos por el mundo. Sin duda, fue un momento marcado por el aprendizaje y la novedad.
La empatía, el buen humor, la preocupación por sus hijos, la humildad y la pobreza con que Don Bosco vivió su lecho de muerte despertaron distintas emociones en cada una de nosotras, pero había un sentimiento común: la admiración. En Don Bosco vimos reflejada la alegría que solo proviene de un corazón completamente entregado al Señor, la humildad de una persona que se ha abandonado en Él, y la fe de un hombre que, después de haberlo dado todo, estaba listo para continuar ganando almas desde el paraíso.
Después de esta reflexión, nos dirigimos a un espacio donde pudimos conocernos un poco más y compartir entre nosotras. Cerca de la hora del almuerzo, las aspirantes de ambas inspectorías, acompañadas por algunas hermanas, nos dirigimos al apostolado del aspirantado. Luego, tuvimos el espacio para el almuerzo y el recreo, donde la frase “la santidad consiste en estar siempre alegres” es la más apropiada para describir ese momento lleno de baile, juegos y risas. Compartimos en fraternidad y alegría salesiana, y, por si fuera poco, aprovechamos la oportunidad para repasar un poco de la vida de nuestro Fundador.
Terminamos esta gran fiesta con la presencia del Señor en la Eucaristía, la cual estuvo llena de momentos simbólicos que nos permitieron ofrecer nuestra acción de gracias al Señor por el carisma salesiano al cual nos sentimos llamadas a seguir.
Aspirantado CMM